—JUDITH CASALI DE BABOT —ELENA ROJAS MAYER—
LELIA MARAÑÓN —ANA MARIA RITA LASCANO DE ALVES
Ejercer el cargo de Profesor Titular nos presenta ante la sociedad como docentes con el título máximo que pueden lograr en nuestro país quienes tienen la responsabilidad de la enseñanza en las aulas universitarias. La condición de Profesor Titular es motivo de orgullo para todos aquellos que lo somos. Ello supone una larga y fructífera carrera docente apoyada en una tarea de investigación comprometida en diferentes instancias y requerimientos de la vida universitaria. Supone también –en una Universidad Pública y democrática como la nuestra – sucesivos concursos que fueron avalando, a lo largo de muchos años de trabajo y esfuerzo, nuestra idoneidad y solvencia. Pero lo más importante es la responsabilidad de brindar a otros los saberes que nos distinguen a nosotros mismos y a nuestra Universidad ante los ojos del mundo.
Ahora bien, este papel que nos toca cumplir, no se clausura en el final de la carrera. Un Profesor Titular se retira con los honores que merece su larga entrega y llega el momento en que la institución lo requiere de otro modo. En este sentido pensamos que un amplio campo se abre en el ámbito del posgrado y la extensión desde los cuales puede continuar la construcción de vínculos con su comunidad y con sus discípulos. Proponemos entonces discutir la posibilidad de crear un Consejo Consultivo de Profesores Honorarios que aglutine y haga presentes a los profesores retirados que tienen mucho que ofrecer. Este equipo de trabajo promete buscar las vías adecuadas y agilizar los mecanismos pertinentes para que los profesores continúen brindando su saber y su experiencia a través de nexos con la Facultad más allá de su retiro.
Creemos que este gesto –novedoso y creativo– beneficiará tanto a los profesores como a la Institución sin violentar ninguna disposición reglamentaria. Y en estos momentos en que estamos instrumentando una nueva etapa del gobierno de nuestra Facultad, no olvidemos el importante papel que nos proporciona nuestro rango por la experiencia de años que aportamos, por nuestro anhelo de que nuestra Institución sea cada vez más sólida y pródiga para todos los que deseen concurrir diariamente a sus aulas y obtener un título digno que honre a la comunidad universitaria argentina.
LELIA MARAÑÓN —ANA MARIA RITA LASCANO DE ALVES
Ejercer el cargo de Profesor Titular nos presenta ante la sociedad como docentes con el título máximo que pueden lograr en nuestro país quienes tienen la responsabilidad de la enseñanza en las aulas universitarias. La condición de Profesor Titular es motivo de orgullo para todos aquellos que lo somos. Ello supone una larga y fructífera carrera docente apoyada en una tarea de investigación comprometida en diferentes instancias y requerimientos de la vida universitaria. Supone también –en una Universidad Pública y democrática como la nuestra – sucesivos concursos que fueron avalando, a lo largo de muchos años de trabajo y esfuerzo, nuestra idoneidad y solvencia. Pero lo más importante es la responsabilidad de brindar a otros los saberes que nos distinguen a nosotros mismos y a nuestra Universidad ante los ojos del mundo.
Ahora bien, este papel que nos toca cumplir, no se clausura en el final de la carrera. Un Profesor Titular se retira con los honores que merece su larga entrega y llega el momento en que la institución lo requiere de otro modo. En este sentido pensamos que un amplio campo se abre en el ámbito del posgrado y la extensión desde los cuales puede continuar la construcción de vínculos con su comunidad y con sus discípulos. Proponemos entonces discutir la posibilidad de crear un Consejo Consultivo de Profesores Honorarios que aglutine y haga presentes a los profesores retirados que tienen mucho que ofrecer. Este equipo de trabajo promete buscar las vías adecuadas y agilizar los mecanismos pertinentes para que los profesores continúen brindando su saber y su experiencia a través de nexos con la Facultad más allá de su retiro.
Creemos que este gesto –novedoso y creativo– beneficiará tanto a los profesores como a la Institución sin violentar ninguna disposición reglamentaria. Y en estos momentos en que estamos instrumentando una nueva etapa del gobierno de nuestra Facultad, no olvidemos el importante papel que nos proporciona nuestro rango por la experiencia de años que aportamos, por nuestro anhelo de que nuestra Institución sea cada vez más sólida y pródiga para todos los que deseen concurrir diariamente a sus aulas y obtener un título digno que honre a la comunidad universitaria argentina.
